El cannabis está de moda. Al menos no está tan demonizado como en otras épocas. Te enseñamos como disfrutar de uno de sus componentes, el CBD, con reconocidos efectos terapéuticos y relajantes, de una forma concreta: los vapeadores de CBD.
Los vapeadores de CBD permiten consumir cannabis prescindiendo de su elemento psicotrópico. Aquel que aturde y altera la conciencia.
El CBD es un principio activo presente en las plantas de cannabis que actúa como regulador de las neuronas interviniendo en procesos como el sueño, el apetito, el dolor y la memoria.
La marihuana contiene dos componentes químicos. El CBD o cannabidol y el THC o Delta-9-Tetracannabidol. El CBD tiene efectos analgésicos y relajantes. Actúa directamente sobre el proceso de conexión de las neuronas, mientas el THC es el responsable de crear esa sensación de nebulosa mental y colocón.
Nos dice el blog The CBD Side que la primera vez en la historia que se consigue aislar el CBD es en 1940, en el departamento de química de la universidad de Illinois. Sin embargo, en ese momento la marihuana está prohibida en EEUU y no se le ve ninguna aplicación práctica al descubrimiento.
Hay que esperar a principios de los años 60, para que dos químicos israelitas, el doctor Mechoulan y el doctor Gaoini retomen las investigaciones realizadas veinte años atrás. Lo primero que consiguen es sintetizar THC y posteriormente el CBD.
Se sabía que la marihuana lograba calmar el dolor agudo. De hecho, en los años 30 se comercializaba en las farmacias. Pero también sabían que al mismo tiempo que actuaba como calmante generaba una sensación de embriaguez. Separar los dos principios, permitía investigar cuál era el responsable de cada una de las dos reacciones.
Las investigaciones de los dos científicos judíos se dieron de bruces contra la intolerancia de la comunidad científica. Gracias a la lucha incansable de médicos y pacientes, que defendían el uso de la marihuana con fines medicinales, en los años 90 del siglo pasado la OMS (Organización Mundial de la Salud) despenaliza el CBD, y se descubre que gran parte de las investigaciones realizadas iban bien encaminadas.
Hoy se sabe que el CBD no tiene ningún efecto secundario en el hombre. De hecho, es similar a unos neurotransmisores, la anandamina o 2AG, que elabora el cuerpo humano. En la actualidad nos encontramos, aún, a las puertas de descubrir todos los beneficios que puede llegar a reportarnos el CBD.
El CBD para relajarnos.
Existen dos variedades de marihuana. El Cannabis Sativa y el Cannabis Indica. Aunque el THC y el CBD, aparece mezclado en las dos plantas, el Cannabis Indica tiene una mayor proporción de CBD. Es una sustancia no hidrosoluble, por lo que se logra sintetizar en un aceite, que se puede tomar solo o se emplea como base en la elaboración de otros productos.
Uno de los efectos más interesantes del CBD con fines recreativos es su capacidad de relajación. Se acopla a los neurotransmisores del cerebro potenciando las órdenes de relajación de los músculos y del ritmo respiratorio. De hecho, se recomienda su uso para conciliar el sueño, cuando se sufre de insomnio, y para calmar los ataques de ansiedad y de epilepsia.
En la actualidad podemos encontrar el aceite de CBD como ingrediente de una gran gama de productos. Desde bebidas refrescantes hasta cremas cosméticas, ya que combate el enrojecimiento y la sequedad de la piel.
Si se ingiere en píldoras, como ingrediente de pasteles, en infusiones o en bebidas, tarda una hora en hacer efecto, puesto que tiene que atravesar todo el tracto digestivo. Cuando se incorpora a la sangre se ha diluido, en parte, durante el camino. Si bien, permanece en el cuerpo humano entre 6 y 8 horas.
Mientras que si se inhala pasa directamente a los pulmones. Hace efecto en tan solo dos minutos y permanece en el cuerpo durante casi dos horas.
Si bien, el uso del CBD en medicamentos está bastante controlado, en un uso más corriente, no existe ninguna regulación. Esto hace que en determinados productos, apenas notemos que existe. Por eso es recomendable siempre consumir marcas de confianza. Fabricantes que sabemos que van a incorporar la cantidad de CBD que nos interesa.
El CBD para uso medicinal.
Dice el periódico La Voz de Galicia que el único medicamento elaborado con CBD, legalizado en España, es el Epidiolex, un fármaco complementario que se utiliza para el tratamiento de la epilepsia infantil.
Existen múltiples indicios sobre los efectos del CBD. Se sabe que es analgésico, antiinflamatorio, antiepiléptico y relajante, pero no existen pruebas médicas concluyentes que lo asignen a un tratamiento concreto.
En la actualidad, la industria del CBD en EEUU genera una facturación aproximada de 2.000 millones de dólares al año. Pero continúa moviéndose dentro del ámbito de la medicina alternativa y de la para-farmacia. En contra tiene a la poderosa industria farmacéutica, que se resiste a utilizar este ingrediente en sus productos.
Se están haciendo pruebas en ratones para estudiar la capacidad del CBD para frenar el desarrollo de determinados tipos de cáncer. El cannabidol tiene el poder de matar las células cancerígenas y reducir su migración. También se ha observado, en algunos estudios, que el CBD mejora la calidad de vida de pacientes con SIDA.
El efecto analgésico del CBD es efectivo para mitigar el dolor intenso de la fibromialgia, la esclerosis múltiple y el trasplante de riñón. En cuanto a las enfermedades mentales, se ha usado con éxito para frenar los ataques de ansiedad y para combatir el estrés postraumático.
Sin embargo, para investigar las enormes posibilidades que ofrece el CBD en el campo de la medicina, es necesario invertir más medios y recursos en las investigaciones. Algo que aún no se está haciendo a nivel mundial.
Vapeadores.
Los vapeadores de CBD son para uso recreativo. Aunque tenga efectos relajantes y analgésicos, no podemos esperar que sustituya ningún fármaco. Es para relajarnos y disfrutar de sus efectos.
Nos comentan los distribuidores de VapeCBD, una página online que comercializa vapeadores desechables, que los vapes son una de las formas más sanas de consumir CBD. Además, tienes la ventaja de que notas que lo estás tomando.
Cada vez que das una calada o “puf”, el dispositivo eléctrico calienta el líquido con aceite de CBD y lo lleva a ebullición. El vapor entra enseguida en tus pulmones y de ahí al torrente sanguíneo.
Los vapes son una forma efectiva de controlar el consumo. En cuanto dejas de inhalar el dispositivo se apaga. Los fabricantes recomiendan dejar de vapear en el momento en que se noten los efectos y volver a utilizarlo cuando nos apetezca. Está comprobado que el CBD no genera adicción, por tanto, puedes controlar plenamente su consumo.
Con los vapes desechables, el líquido de CBD no corre el riesgo de mezclarse con otros líquidos que hayas vapeado anteriormente. Por lo que no se altera su sabor, ni sus cualidades. En el momento en que se agota, se desecha en un contenedor especial situado en los estancos.
Vapaeadores antiguos y modernos.
Cuando aparecieron los vapeadores a principios de este siglo, a muchos nos sorprendió su funcionamiento. Nos parecía como una forma de tomar tabaco más sana, e incluso, un método para dejar de fumar. Sin embargo, el sistema estaba inspirado en las cachimbas, las antiquísimas pipas de agua, tan populares en los países árabes. Y en algunas pipas de cristal que se utilizan para inhalar los vapores que desprende la resina de cannabis al calentarla.
Primero hay que partir de que vapear es un proceso diferente a fumar. No se produce ninguna combustión, por tanto, no inhalamos el humo derivado de quemar la planta; sino que tomamos los vapores que se liberan de calentar aceites y resinas. Como si tomáramos vapor de agua. Como resultado, está libre de alquitrán y monóxido de carbono.
Si bien, con los antiguos sistemas de vapear se consumían productos más naturales, el empleo de la química permite sintetizar y aislar los componentes y consumir la sustancia que nos interesa, prescindiendo de otras asociadas. En este caso tomamos CBD, pero no THC. O consumimos tabaco con un nivel de nicotina más bajo, con todo el sabor, pero libre de alquitrán y otras sustancias nocivas.
Otra de las ventajas de los vapeadores modernos es que se accionan y se apagan automáticamente por medio de un sistema electrónico. Por tanto, nosotros decidimos cuando dejamos de consumir sin que el producto agote. Algo que no sucede con las pipas de agua, que van soltando vapor, mientras el agua está caliente.
Los primeros vapes electrónicos requerían la compra del aparato, e ir recargando el depósito del líquido con la esencia que queríamos consumir. Los nuevos vapes desechables ya están preparados para ser utilizados. Los sacamos del envoltorio y ya los podemos emplear. No necesitamos recargarlos. Son más económicos en cuanto a que no requieren la compra del vapeador recargable.
Vapear CBD nos permite disfrutar de las ventajas del cannabis, prescindiendo del componente psicotrópico y tomarlo en una gran cantidad de sitios, sin llamar la atención como si estuviéramos haciendo algo ilegal o intolerable, según a los ojos de quién.