Hace años que descubrí que para hacer un buen regalo la clave está en pensar mucho. Nada de flores, ni de bombones. Son detalles que están muy manidos. Hay que pensar bien las cosas. Ver aquello que preocupa o gusta o quien agasajas y dar así con el regalo perfecto. Sin ir más lejos, recuerdo que triunfé con mi padre cuando por su cumpleaños le encontré un mata insectos electrónico en la tienda online de Electricidad.Tienda. A él siempre le masacraban los moquitos en una casa que tenemos en la playa, tanto que llegaba a aborrecer ir, y mira que le gustaba la playa. Con este aparato todo cambió, di en el clavo.
Un mata insectos eléctrico es un aparato eléctrico que emite una luz ultravioleta para atraer a los insectos y matarlos a través de una descarga eléctrica. El ámbito de aplicación de un mata insectos eléctrico es casi cualquier lugar debido a la gran variedad de aparatos y especificaciones técnicas existentes en el mercado, desde el uso doméstico con pequeñas lámparas, incluso decorativas, hasta el uso comercial e industrial donde, por temas de limpieza e higiene, se hacen necesarios estos aparatos.
En el caso de mi madre también me estrujé el cerebro por su cumpleaños. A ella siempre le gustaba que las luces de casa estuviesen encendidas durante la noche en el jardín. Creía que era una forma de avisar a los ladrones de que estaba en casa. Sin embargo, ni podía dejar todo siempre encendido por el gasto de la luz, y salir a medianoche a apagarlas le daba realmente miedo, ya que su casa estaba un poco apartada dentro de la sierra. Pues bien, ¿sabéis qué se me ocurrió? Un interruptor horario. Se trata de un aparato capaz de controlar diferentes cargas eléctricas, las cuales le permiten activarse o desactivarse en ciertos periodos de tiempo. Esta característica hace al interruptor horario un elemento esencial en instalaciones que tienen un horario determinado, como por ejemplo, el encendido y apagado de luces (escaleras de edificios, comercios…) o en sistemas de climatización, permitiendo, por ejemplo, programarlos para momentos en que el consumo eléctrico sea más económico y poder ahorrar en la factura de la luz. Este lo encontré también muy económico en Electricidad.Tienda, una tienda online de productos de electricidad que se está convirtiendo en fundamental en mi vida para mis tareas de bricolaje en casa.
¿Queréis más ideas curiosas? Pues bien, a mi marido por nuestro aniversario le regalé unas google glass. Él es profesor de una de las asignaturas de cirugía de la facultad de medicina, a la vez que ejerce en el hospital. Siempre se quejaba de que su asignatura era demasiado teórica, y de que la clave de la enseñanza en realidad está en ver lo que nos vamos a encontrar y en practicar. Creí que las gafas serían estupendas para poder contar a sus alumnos su trabajo sin que ellos perdiesen detalle. Un cirujano que ejerce como profesor puede llevar puestas las gafas inteligentes y retransmitir en tiempo real y sin apenas latencia los procedimientos quirúrgicos. Un acierto que seguramente ayudará a salvar vidas en el futuro.
Y un libro… pero diferente
Si no os veis capaces de hacer un regalo que se salga de lo común, siempre podéis recurrir a los básicos, como son los libros. Pero ¿por qué no regalar algo diferente? Si hay uno de los que he leído en los últimos tiempos y que más ha llamado la atención a cuantos se lo he recomendado después ha sido Los ingenieros de Franco. El objetivo principal de este libro de Lino Camprubí no es escribir una historia de la ciencia y la tecnología bajo el franquismo (que también), sino tratar de entender su papel en la constitución del nuevo régimen. En sus páginas nos habla de semillas híbridas de arroz o viguetas de hormigón pretensado, del carbón y el uranio enriquecido, de los planos de una iglesia y los mapas de corrientes y mareas, como rasgos de un retrato del franquismo apegado a las transformaciones materiales, inevitablemente ensambladas a las estructuras sociales e ideológicas. Por eso nos habla también del Opus Dei y el nacional-catolicismo, de los sindicatos verticales y de los pantanos de Franco, de los pactos hispano-norteamericanos y Gibraltar, del Parque de Doñana y el WWF, o del conflicto del Sáhara Occidental.
Desde los años difíciles de la autarquía hasta periodos más marcados por la Guerra Fría y los mercados mundiales, el panorama que arroja este estudio es diferente al habitual: en él, la investigación científica y técnica aparecen no como una simple herramienta del poder, sino como un elemento constituyente que dotó de contenido al régimen. Episodios tan curiosos como las intenciones del dictador de fabricar una bomba atómica no dejan de sorprender y de enganchar a su lectura.