Mi propio restaurante en la playa

Cuando te va bien en el mundo de la hostelería durante mucho tiempo, pero alejado de tu tierra se pasa mal. La tierra tira y para mí Murcia mucho más. Estuve durante más de 15 años en un conocido restaurante madrileño trabajando y aprendí mucho. Al final me armé de valor y me metí en el tinglado de montar dos restaurantes, uno donde estoy la mayor parte del tiempo en Murcia capital y otro en La Manga.

El restaurante en la playa me ha dado muchas satisfactorio, pero también me dio mucho trabajo

Este último ha sido el que me ha tenido ocupado durante los últimos tiempos, pues sabía de la importancia de que fuera un reestreno sonado. Si haces una buena presentación en el momento y lugar adecuado, después te aseguras de poder contar una gran cantidad de público si haces bien tu trabajo. En mi calidad y la de mi equipo no tenía dudas.

El local tiene una mezcla de comidas, la mediterránea por supuesto, pero buscaba que la carne fuera realmente deliciosa, algo que no suele ser de tanto nivel en esta parte de España, donde, eso sí, las frutas y verduras son magníficas.

Así que una conexión burgalesa se ocupó de una vez a la semana como mínimo traer lo mejorcito durante la temporada de verano. El verano pasado que fue cuando abrimos fue tremendo el volumen de visitantes. La gente además repite y muchos terminan siendo clientes fieles de los dos restaurantes.

Para esta nueva temporada, quería hacer otra reentré más espectacular, y quise invitar a mi bar a un club de Harley Davidson que hay en el levante. Pedí permiso para hacer en el paseo un aparcamiento de motos para que la gente pudiera admirarlas, para ello necesitaba unas cuerdas de tipo marítimo blancas que quedarían genial.

A la hora de buscar unas cuerdas, la verdad que tuve que preguntar entre mis clientes y uno muy majo de Albacete me comentó de Cuerdas Valero, una empresa de allí que era de lo mejorcito. Contacté con ellos y me dijeron que podían ayudarme, así que fue tan sencillo como decirles las medidas y dos días después ya tenía las cuerdas en mi local.

La fiesta fue todo un éxito e incluso invité a unos entrantes a la gente que pasaba por la playa, una manera de darnos a conocer en este segundo año. Mi intención es todos los años montar a ser posible un acto como este. Se pasa realmente bien y la publicidad que te das es bastante grande. Es trabajó sí, pero compensa el resultado y ver las caras de alegría de niños y mayores al ver estas motos legendarias.

El trabajo de Cuerdas Valero me gustó tanto, que al final he solicitado más cuerdas para la terraza del bar, le dan un aire muy bonito y me gustó como quedaron, por lo que seguro que les seguiremos haciendo encargos. Es un placer dar con este tipo de negocios, pues no siempre en nuestro país, la gente suele ser tan cumplidora con los plazos.

 

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