La cosmética no solo tiene que ver con la estética

El sector de la industria cosmética actualmente afronta una responsabilidad nueva, pues puede gestionar la autoestima de unos clientes que ahora se obsesionan con contar con una buena imagen y físico. Estamos ante, como decimos, una clientela que con sus opiniones pueden llegar a realizar la funciones de prescriptores de servicios del sector del bienestar en un segmento del mercado que cambia velozmente y donde la complejidad es evidente. Las generaciones que vienen entran con fuerza y hay que responder a sus hábitos en cuanto al consumo.

Las tenencias que están apareciendo obligan a que las marcas vayan actualizando los mensajes para poder satisfacer modelos nuevos de estilismo y belleza, superando la imagen de producto y mimetizándose con las referencias de estilo de vida que hay detrás de los consumidores actualmente.

Tiempos de cambios, algo que suele ser normal en el campo de la cosmética, que en los últimos años crece a un ritmo del orden del 4% al año. El caso es que ahora tiene también como gran aliado a Internet.

La belleza integral, el objetivo

Los consumidores de cosmética actuales apuestan por la belleza de manera integral. Hablamos de una clase de belleza que intenta mirar más allá del mero aspecto exterior. Todo esto causa que vayan aumentando las marcas y los productos que se deciden por apostar por la experiencia, la sensorialidad, personalización y los ingredientes donde el componente natural es importante.

Factores como la ética, el cuidado de la naturaleza, la salud o tener conciencia en lo social es fundamental para estos consumidores. Buscan la inversión en marcas que cuiden dichos elementos de manera honesta.

Morgan Stanley, la conocida empresa norteamericana de servicios de finanzas, destacó en un informe hace poco, que las compañías más importantes del sector, registran una disrupción masiva por las modificaciones que se han producido en las compras online y las redes sociales.

Generalmente las empresas cosméticas suelen estar próximas al cliente final, pues lo tradicional es que vendan sus productos en centros comerciales, pero tienen una relación directa con el consumidor.  Todo ello en el nuevo modelo que prescinde de los intermediarios, está empezando a causar una caída evidente en el tráfico de clientes que tienen. Internet ha hecho que busquemos nuevas vías y nos informemos, pudiendo incluso descubrir centros que no conocíamos. Buscando cuidados estéticos mi mujer dio con Artestetica, donde vio que era de aquí el centro, lo que ayudó a que no solo pidiera más información, sino que terminase yendo allí a tratarse.

Si las personas como nosotros de cuarenta años para arriba descubrimos de estas formas centros o temas estéticos, la generación de los millennial es ya adicta a las nuevas tecnologías y redes sociales, lo que ha hecho que dejen de visitar los grandes centros para conversar en la red o fuera de ella sobre los gustos y preferencias, optando por adquirir productos vía internet.

Lo que hacen es elegirlos según las afinidades personales más que por la marca en sí. Vivimos en un tiempo en que la preocupación por el tema de la imagen aumenta según la juventud, por la gran transformación radical que se sufre a la hora de comunicarnos.

Al tener las redes sociales cada vez más integradas en nuestro día a día y la cultura seflie estar altamente arraigada en los individuos de menor edad, el impacto en las nuevas generaciones es más alto. Se busca, generalmente, la autenticidad, originalidad, y diversión.

Está previsto que la cosmética sea un sector que facture a nivel mundial en 2022 una cantidad cercana a los 347.000 millones de euros. Aunque la crisis afectó, el sector contó con una relativa estabilidad a la hora de crecer, salvo en el año 209, donde llegó a bajar un 1%, pero desde luego, para ser un sector dedicado al consumo y teniendo en cuenta lo que llegó a suponer la pérdida de renta y paro, aguantó muy bien en los peores momentos.

En resumidas cuentas, estamos ante un sector que sigue creciendo y que parece no parar de crecer y las perspectivas parece ser de lo más positivas. No se sabe exactamente que nos deparará el futuro, pero parece evidente que el ser humano cada vez tiene en la apariencia un factor muy importante que cada vez cuidamos más.

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