Ergonomía en la oficina

“¡Pero si te pasas el día sentado/a!”, “Tú no te cansarás mucho, ¿no?”, “¿Y de qué te va a doler a ti la espalda?”… estas son algunas de las frases que, con total seguridad, escucharás decir a tus amigos y familiares cuando dices que estás cansado o que tienes dolores lumbares si trabajas en una oficina. Muy pocos entienden el riesgo que conlleva pasar tanto tiempo en una silla, 8 horas diarias, frente a un ordenador, pero cualquier persona que trabaje en este ámbito ha de tener muy claro el concepto de higiene postural y de ergonomía si no quiere acabar hecha un “8” y con dolores en muñecas, brazos, rodillas y espalda.

Antes de nada, hay que señalar que no contar con un mobiliario específico y adaptado es un error que, a corto plazo puede suponer un ahorro para la empresa o el particular (el mobiliario común es más económico) pero que a la larga puede ser una decisión nefasta. Por ejemplo, utilizar mesas más altas o bajas que lo adecuado para el empleado, utilizar sillas no ergonómicas, o no tener reposapiés pueden suponer bajas por dolores de espalda y otras afecciones durante meses.

Los profesionales de Abisal Mobiliario, especialistas en la venta de sillas de oficina online, nos han confirmado que utilizar mobiliario ergonómico puede llegar a ahorrar a la empresa entre el 15% y el 20% del presupuesto para gastos anual una vez amortizada la compra del mismo.

Pero además del mobiliario es de vital importancia enseñar a los trabajadores cómo han de sentarse y qué deben hacer para minimizar el riesgo de lesiones.

Factores de Riesgo

  • Carga Postural: posturas forzadas, mala higiene postural, falta de espacio o movilidad, etc.
  • Condiciones ambientales: temperatura errónea, humedad relativa superior al 65%, mala iluminación, demasiado ruido, etc.
  • Aspectos psicosociales: monotonía, mala organización del trabajo, disminución de la motivación.

Diseño del puesto de trabajo

Según la UCM, Universidad Complutense de Madrid, debemos tener en cuenta una serie de factores a la hora de diseñar nuestro puesto de trabajo.

  • Colocación de monitor: Siempre a la altura de los ojos, a una distancia de entre 50 y 66 centímetros, perpendicular a las entradas de luz.
  • Objetos de uso rutinario: debes ser capaz de alcanzarlos sin tener que moverte demasiado, sólo estirando los brazos. Hablamos de objetos como el bolígrafo, la agenda, el calendario, los posits, etc.
  • El Teclado: no debe estar justo en el borde de la mesa, sino a unos 10cm. Para poder apoyar las muñecas, lo que evitará posibles lesiones por movimientos repetitivos. Usa un reposa muñecas independiente.
  • La postura: debes estar sentado formando un ángulo recto de 90º entre la parte superior del cuerpo y la inferior, con la espalda completamente apoyada en el respaldo de la silla. Apoya ambos pies en el suelo y si no llegas solicita un reposapiés. Regula el respaldo de tu silla.

A tener en cuenta

  • Es posible que tu silla no sea adecuada. En ese caso, solicita una que sí lo sea. (ver Características de la silla de trabajo). Entre tanto, auxíliate al menos con un cojín colocado en la espalda.
  • Quizá tu asiento reúne las características que se recomiendan, pero no se adapta a tus peculiaridades (estatura, corpulencia, problemas cervicales, etc.). Si es así, pide una silla que sea adecuada, solicitando asesoramiento si es preciso.
  • La postura que se ha indicado es la única donde el peso de la parte superior del cuerpo es soportado por el respaldo de la silla. Otras posturas (por ejemplo sentado con la espalda sin estar apoyada en el respaldo), harían que el peso de la parte superior del cuerpo fuese sostenido por la musculatura de la espalda (sobre todo de la zona lumbar), provocando agotamiento, cansancio, pinchazos y sensación de calor en la zona. Para evitar el malestar físico asociado al estatismo postural, se recomienda realizar ejercicios de estiramiento y relajación.

Además, recuerda situar el ratón justo al lado del teclado dejando los cables libres para manejarlo con comodidad. Colócalo a la derecha o a la izquierda, según seas diestro o zurdo. En este último caso, cambia el accionamiento de los botones en el menú de configuración del ordenador. Y cerciórate de si tienes sitio suficiente para poder manejarlo cómodamente.

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