Estamos en un momento en el que es más evidente que nunca que el comercio electrónico es más importante que nunca. Es obvio el porqué de este tipo de elecciones entre las personas: un servicio más rápido, precios incluso más bajos de los que tenemos en las tiendas físicas y una comodidad bastante más grande que en lo que tiene que ver con la compra tradicional. Con estas condiciones, que son las que busca ofrecer la mayoría de las empresas en la red, es lógico que cualquier cliente se decante por la compra desde su ordenador o teléfono móvil.
Este tipo de proceder ha obligado a muchas empresas a apostar por acometer un cambio en lo que tiene que ver con sus anuncios y modelos de publicidad. Ahora, quien no se anuncia de un modo digital no existe. Ya no vale de nada apostar por la implantación de marquesinas, de anuncios en los periódicos o de cuñas en la radio. Hay que llevarse la publicidad hacia otro tipo de entornos, como el posicionamiento SEO o las redes sociales, a través de los cuales podemos tener una interacción con la gente y ser visibles para más ojos.
Esto está a la orden del día de cada vez más empresas en nuestro país. Por eso ha crecido en España el gasto destinado a cuestiones de marketing digital, tal y como apunta el portal web Reason Why, que según los datos emitidos por la Asociación Española de Anunciantes, estima que ha crecido la inversión en marketing digital en un 19%, al menos en lo que tiene que ver con el año 2017. Se trata de un avance importante y que nos permite seguir la línea de lo que viene ocurriendo en los países punteros en Europa y en potencias como Estados Unidos, Japón o Canadá.
Hay un sector que tiene relación con el marketing digital y que también viene creciendo en los últimos tiempos. Hablamos del diseño gráfico, que ha ganado en importancia gracias al boom que vienen viviendo redes sociales como lo puede ser Instagram, en las que la imagen lo es todo. Esto ha hecho que el diseño de un producto, de una caja, de un embalaje, sea realmente importante porque, si es atractivo, será capaz de llamar la atención de todos los usuarios. Es algo que a estas alturas ya es más que evidente y que necesitamos implementar todavía un poco más.
Las empresas del sector gráfico han llegado a ser más de 19.000 en España antes de que la crisis golpeara con fuerza a nuestra economía. Después es cierto que perdieron algo de fuerza, pero en los últimos años vienen creciendo de nuevo en cuanto a número (superan las 15.600) y también en cuanto a fuerza. Es una información que hemos obtenido a través de la página web del IDEPA, el Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias y que nos han confirmado diferentes fuentes del sector.
El diseño gráfico, teniendo en cuenta que vivimos en la sociedad de la imagen y la importancia que tiene esa imagen en un entorno como el de las redes sociales o Internet, se ha convertido en una necesidad enorme para cualquier tipo de empresa. A día de hoy, el diseño de un producto vende por sí solo en el entorno digital y de ahí que sea necesario que apostemos por el diseño como modo de especialización ante nuestra competencia. Los profesionales de Empacke, una entidad dedicada precisamente a este tipo de cuestiones, relacionan de una manera directa esta necesidad con el aumento del número de empresas que han contactado con ellos para cumplir con este tipo de asuntos.
La mejor manera de luchar por nuestro futuro
Una cosa está clara: es necesario apostar por el diseño si lo que queremos es vender nuestros productos. Es algo que la sociedad y los mercados ya se han encargado de demostrar con el paso de los años. Con un diseño anticuado y que no esté trabajado perdemos dinero y, lo que es más importante, la posibilidad de diferenciarnos de nuestra competencia, algo que nos conduce directamente hacia el ostracismo y, por ende, hacia la desaparición como empresa en todos los sentidos.
De este modo, podemos deducir que el diseño gráfico es una de las cuestiones que más y mejor nos permitirán luchar por nuestro futuro en lo que respecta al mundo de la empresa privada. Pero es que este tipo de cuestiones no se pueden descartar ni siquiera desde cualquier tipo de entidad pública que se dedique a la comercialización de productos (e incluso de servicios, que por otra parte suele ser lo más habitual). Y es que el diseño, a día de hoy, lo es absolutamente todo. Quien lo tenga y lo sepa emplear, tendrá la oportunidad de seguir obteniendo beneficio de él. Quien no, ya está perdido.