Cuando hacer un regalo se convierte en arte

Entregar un obsequio a alguien querido, llevar un presente, hacer un regalo, realizar una ofrenda, agasajar a un amigo, aceptar una dádiva, hacer una gracia… son expresiones que nos indican que se está realizando la entrega de una cosa, un detalle o algo a alguien para que en lo sucesivo sea suyo, simplemente por el mero hecho de agradar, de mostrar afecto, de festejar, de complacer… a quien lo recibe.

La psicología define los regalos como termómetros de nuestras relaciones sociales. El regalo tiene muchas caras, muchas percepciones, muchos sentidos. Veamos, por un lado, es un ejercicio de generosidad pues estamos entregando algo que a nosotros también nos gusta, nos estamos desprendiendo de él y ayuda a construir relaciones de gran calidad entre una persona agradecida y la persona que ha sido objeto de un acto generoso.

También está claro que nos provoca una sensación de felicidad, puesto que con él vamos a provocar la felicidad de la persona que lo recibe, lo que a su vez nos genera felicidad a nosotros mismos. Es una forma de mostrar gratitud hacia la persona que lo recibe, de mostrar aprecio, cariño y amor, pues esto es algo que un regalo lleva implícito y el hecho de que anteriormente se haya pensado en la otra persona, se le haya dedicado unos minutos del tiempo para pensar qué le gustaría, qué le haría ilusión, qué necesita en este momento, qué desea…, también es un ejercicio de creatividad.

Además, solo hace falta ver cómo nos ilusionan los regalos que nos realizan por nuestros hijos, y la mayoría de las veces es un dibujo realizado en un papel o una manualidad que han hecho en el colegio, pero es igual, lo ha creado nuestro hijo y eso nos basta, pero siempre nos acaba haciendo feliz. Un regalo también puede ser un simple acto de cortesía, por ejemplo, si te han invitado a una casa a comer o a cenar, el protocolo nos indica que no es estrictamente necesario llevar un regalo, pero sí es un detalle elegante, de buena educación y bastante oportuno agradecer la gentileza de la invitación de quien ha querido compartir contigo un momento especial en su propia casa con un pequeño y sencillo detalle, sin hacer grandes alardes, como unas flores, unos bombones, unas trufas, etc.

En el caso de que los anfitriones tengan niños, una buena opción es realizar un regalo para los pequeños de la casa, esto siempre será un acierto y será bien recibido, tanto por los padres como por los hijos. Como norma general se establece que el regalo se debe entregar al llegar, en el momento del saludo, y siempre antes de pasar al comedor donde se hallan el resto de los invitados.

Y hablando de regalos, en la actualidad se ha puesto muy de moda sorprender y despertar a tu pareja, familia, amigo/a o incluso darte un capricho a ti mismo con un encantador y suculento desayuno a domicilio. Las opciones entre los productos a elegir son muy amplias y variadas, desde frutas variadas, bollería, bollería sin gluten, zumos, café, infusiones, leche, tostadas, desayuno vegano, etc. La elección depende de los gustos de cada uno y en todo ello la clave radica en saber elegir el menú adecuado y la hora apropiada para llevarlo. Numerosas son las empresas que se han apuntado a esta nueva tendencia, pero si vosotros queréis sorprender de verdad a alguien querido, nosotros os recomendamos que os paséis por El Molí pan y café, una franquicia con productos de panadería y bollería saludable con un toque tradicional, que desea presentar a sus clientes el sabor auténtico del pan de antaño y recuperar la sabrosa miga y la textura del pan de siempre, te ofrece la posibilidad de disfrutar de tu pedido a domicilio.

¿Cuáles son los regalos más típicos?

Si tienes dudas sobre qué regalo llevar a una comida o cena, a continuación, os dejamos algunos consejos:

  • Una botella de vino. Seguramente es el regalo más tradicional que se realiza, la mayoría de nosotros seguramente en alguna ocasión lo hemos hecho por salir rápido del apuro, porque estamos poniendo al anfitrión en un aprieto de abrir o no la botella.
  • Una botella de cava o de licor para combinar con el postre o el café, es una buena idea.
  • Los regalos nunca deben ser demasiado personales, una prenda de ropa o un perfume es una apuesta casi segura de que no se va a acertar.
  • Un libro con una temática acorde al gusto de alguno de los anfitriones, como puede ser de viajes, la cocina, coches, fotografía, cine, rutas de senderismo, etc., siempre será bien recibido.
  • Un enfriador de vinos para mantener el vino en su temperatura ideal.

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