Son muchas las ocasiones en las que un imprevisto nos obliga a contratar un servicio o adquirir un bien con el que en principio no buscábamos relación alguna. La capacidad de reacción que poseamos unida a la rapidez con que la ejecutemos es algo fundamental para que nuestros intereses no se vean resquebrajados y es por ello por lo que es necesario depositar nuestra confianza en los mejores especialistas de cada materia.
Para ello, es cada vez más importante un elemento como Internet. Realizar una búsqueda online de las empresas más eficientes y que proporcionen un mejor servicio o producto ahorra tiempo y, de manera indirecta, también dinero. Esta es la explicación para que más y más gente se siente delante de su ordenador o use su teléfono móvil para encontrar a auténticos profesionales.
En febrero de 2015 falleció mi padre tras atravesar una larga enfermedad. Esto, además de la consiguiente pena que supuso para toda la familia, trajo como consecuencia una serie de problemas legales que éramos los hijos los encargados de resolver. Uno de ellos era el de registrar las propiedades que nuestro padre nos dejaba a sus descendientes, que en mi caso era un piso en Madrid y en el de mi hermano la vivienda familiar en nuestro municipio natal.
Esta era la voluntad que mi padre había expresado antes de morir a través de su testamento. El hombre no nos había informado con anterioridad, motivo por el cual ni mi hermano ni yo esperábamos una noticia de tales dimensiones. Sin embargo, teníamos que reaccionar para registrar esos bienes como propios, y para cumplir con ello necesitábamos los servicios de unos gestores y abogados eficientes que facilitaran la misión.
Internet nos iba a dar la solución a este problema poniendo en nuestro camino una empresa como Trámites Fáciles Santander, cuyos profesionales nos serían de gran ayuda a la hora de hacer dicho registro y encargarse de que todos los papeles quedaran en regla para evitar que Hacienda empezara a investigarnos más pronto que tarde.
Después de ponernos en contacto con la empresa y conocer mejor el servicio y el precio al que se ofertaba, lo vimos claro. Era una oportunidad de lujo para dejar en regla todos los asuntos que tuvieran que ver con nuestras nuevas propiedades. El servicio nos resultaba bastante barato y la experiencia de trabajadores como los de Trámites Fáciles Santander nos hacía pensar que nuestros intereses iban a ser velados en todo momento.
Manteniendo todo en regla
La tranquilidad del proceso fue un alivio para nosotros. En cuanto nuestro padre murió, mi hermano y yo pensábamos que resolver todo lo concerniente a la vivienda y el piso iba a significar una auténtica tortura. No obstante, todos los trámites iban a quedar en las mejores manos e iban a ser resueltos en un periodo de tiempo muy corto. Para nosotros, no podía haber una noticia mejor que aquella.
Tan solo unas semanas después de la muerte de nuestro padre todo estaba registrado de acuerdo a la legalidad vigente. Mi mujer, mis hijos y yo habíamos hecho uso de ese piso en Madrid durante muchos años con el permiso de mi padre, pero era tras resolver todos los trámites cuando ya podíamos decir que era nuestro. La propiedad nos vendría muy bien porque tanto mi mujer como yo visitamos la ciudad por cuestiones que atañen a nuestro negocio.
Viendo los casos de varios de nuestros amigos, que arrastran desde hace tiempo problemas de tramitación de licencias o demás escrituras, nosotros nos podemos considerar afortunados. En comparación, el proceso por el cual teníamos que registrar nuestras nuevas pertenencias en el Registro de la Propiedad había sido mucho más rápido, más barato y, en definitiva, más eficiente. Justo lo que necesitábamos para que el dolor que sentíamos por la pérdida de nuestro progenitor no se agrandara ni se extendiera en el tiempo.