“Esto es Halloween, esto es Halloween […] En mi ciudad, que es mi hogar, el día de difuntos voy a celebrar.”
¿Os acordáis de esta canción que cantaban todos los monstruos del imaginario en la película Pesadilla antes de Navidad (The Nightmare Before Christmas; Henry Selick, Estados Unidos, 1993)? Siempre recuerdo esta secuencia cada vez que se acerca la noche de Halloween, el 31 de octubre, en la que nos encanta disfrazarnos y hacer un homenaje a todos esos monstruos que componen el imaginario del miedo. En internet se pueden encontrar con facilidad artículos para fiestas temáticas como esta, así como disfraces o motivos decorativos para que la fiesta que organicemos sea todo un éxito en cuanto a lo que en cine se podría denominar diseño de producción y vestuario.
La fiesta de Halloween, importada desde el mundo anglosajón (Reino Unido, Estados Unidos y los países de cultura británica), supone una celebración de la Noche de Brujas. La celebración tiene lugar desde hace más de 3000 años y su punto de partida se sitúa por los estudiosos en la cultura celta, en la que el 31 de octubre suponía el fin de año, que se celebraba con esta fiesta. Aunque ahora pensemos en una fiesta con disfraces, maquillaje, dulces y maratones de cine de terror, Halloween no nació como algo festivo, sino todo lo contrario, los ritos que se practicaban en esta fiesta pagana tenían un carácter meramente purificador y casi litúrgico en los orígenes.
Sin embargo, tres milenios después, todo lo relacionado con la palabra Halloween remite inmediatamente a la compra de disfraces para adultos o niños, decoración para la fiesta temática o compra de los mejores complementos, con los que sorprender a los asistentes a nuestra fiesta. En España aún no se ha arraigado del todo (aunque cada año son más los que celebran esta fiesta y terminará por consolidarse, principalmente debido a la inclusión del inglés en el calendario escolar de los niños), pero en los países de habla inglesa el ejemplo es abrumador. Los disfraces y la decoración que vemos en las casas es una cosa magnífica. Todo se toma muy en serio, llegando a ser una de las festividades más importantes de la cultura británica y anglosajona. Como ejemplo de este fervor por Halloween podemos ver un capítulo de la serie americana Modern Family (Steven Levitan y Christopher Lloyd; ABC, 2009-actualidad) en el que Claire Dunphy, la madre de una de las tres familias protagonistas, prepara con ahínco y entrega su casa para que toda la familia pueda reunirse allí a celebrar Halloween y a asustar a unos cuantos niños, que acuden a por caramelos con el famoso “¿Truco o trato?”. Durante todo el episodio se la ve alterada, preocupada porque su fiesta no de la talla y no llegue al nivel de otros años y otras casas. Claire prepara y organiza incluso una especie de yincana coreografiada en la que todos los miembros de la familia participan. Más allá de la exageración propia de los códigos de la sitcom (comedia de situación) en la que se engloba la serie, reina de la comedia en los últimos años, el episodio sirve para ilustrar la elevada importancia que tiene esta fiesta en el calendario norteamericano, en este caso, pero también británico o de cualquier lugar que se rija por los modelos de cultura anglosajona.
Por nuestra parte, en España, los más jóvenes son los que empiezan a disfrutar de esta celebración con mayor presteza. Y como son ellos también los que compran en internet, la variedad de disfraces que se puede ver en las fiestas es amplísima. Los catálogos de las tiendas online suelen ser dispares. En ellos se pueden encontrar productos clásicos como disfraces o maquillajes, imprescindibles en toda fiesta, más aún en esta noche de brujas, pero también otros productos más específicos como por ejemplo efectos de sangre, complementos para el disfraz o lentillas de Halloween, diseñadas específicamente para la celebración de esta fiesta. Se acerca el día de difuntos y, como dice la canción que da pie a este reportaje, lo vamos a celebrar. Ya se oyen los pasos de Jack, así que corre, empieza a planificar y que no te pille sin disfrazar.