Si tienes la impresión de que para diseñar un sitio web para tu negocio necesitas un gran capital, estás equivocado. El DIY ha llegado a el desarrollo de sitios webs. Hoy en día, no es necesario que escribas ni una línea de código, y lo que es más, puedes saber cómo crear una página web fácil y rápido, completamente funcional, profesional y personalizada para tu negocio.
Lo primero que tienes que hacer es elegir un nombre de dominio. Tu nombre de dominio forma parte de la URL o dirección de tu sitio y es el nombre por el cual los visitantes lo llegarán a conocer. Los mejores nombres de dominio son fáciles de recordar para tu público, para que pueden acceder a tu sitio web sobre la marcha. Además, si está relacionado con la actividad que vamos a realizar, será más fácil de recordar.
Si has estado haciendo negocios por un tiempo sin un sitio web, deberías considerar tener el nombre de tu empresa en tu dominio, para que tus clientes actuales puedan encontrarlo.
Puede que elegir el nombre del dominio sea de los más determinante que hará por tu página web, ya que una vez que te decidas por uno estarás creando parte de tu marca.
Ahora es el momento de elegir un plan de Hosting. Una empresa de hosting web o un proveedor de servicios de hosting, es la compañía a la que pagarás una tarifa anual para almacenar tu sitio web con todos sus contenidos en uno de sus servidores privados, de modo que los visitantes del sitio puedan acceder a tu sitio web.
Escoge una plataforma. La plataforma o sistema de gestión de contenido (CMS por sus siglas en inglés) que escojas te proporcionará un marco de páginas, galerías y espacios de contenido; básicamente, un sitio web completo; todo lo que tendrás que hacer es agregar tus medios y contenido personalizado. Dependiendo de la plataforma que elijas, encontrarás miles de temas personalizables y diseños con diferentes modelos de negocios en mente a tu disposición. Además de complementos que proporcionarán funciones complementarias para asegurarte de que tu sitio realmente funcione para ti, con todas las funciones adicionales útiles que podrías necesitar.
Escoge un tema. Piensa que el tema tiene que ver con el aspecto visual que enmarcará todo lo que subas a tu web, ya que determina colores y diseño. Hay que elegir con mucho cuidado el fondo, porque lo que nos interesa es que lo que vayamos a publicar se vea bien. Además, es importante que tenga buena funcionalidad y críticas.
Instalar plugins. Los complementos son básicamente pequeñas aplicaciones que se pueden instalar en tu tema para proporcionar una funcionalidad adicional en tu sitio web. Por lo tanto, recuerda que es una ‘función o aplicación complementaria’. Un complemento contendrá cualquier cosa, desde iconos de redes sociales compartidas hasta formularios de contacto por correo electrónico. Muchos sitios usan complementos para organizar su sitio exactamente como lo desean.
Algunos son más grandes que otros y, si es posible, debes tratar de mantener el número de complementos al mínimo, ya que no siempre funcionan al 100% en armonía y pueden ralentizar tu sitio.
Por último, carga tu contenido. Si lo que quieres es una web personal, un pequeño negocio desde casa, escribir en un blog para lanzar tus impresiones al mundo, con esto, será más que suficiente.
Desarrollo profesional
Parece que desarrollar un sitio web no es tan difícil como parece. Pero un buen sitio web no es sólo un buen diseño, algo que te llame la atención, también implica una buena planificación de los contenidos, una correcta programación para la optimización en buscadores, y sobre todo para una buena funcionalidad y usabilidad, y lograr así una buena experiencia de usuario, según nos explican los expertos de Inforges. Hay que tener en cuenta que los que utilizan estos sitios son personas, nuestros usuarios, entonces, hay que diseñar pensando en ellos, y eso sí que ya no lo puede hacer cualquiera.
Si lo que queremos es traspasar nuestra imagen de marca a nuestro diseño web hay que poner especial atención en la consistencia. La consistencia se refiere a que todas las páginas tengan una estructura general común.
Como ya hemos señalado, la navegación y la experiencia de usuario son claves. La estructura de los menús y la categorización del contenido deben garantizar que los pasos hacia la conversión sean pocos y sencillos. Algo tan fácil como destacar los links que el usuario ya ha visitado es un buen ejemplo de cómo facilitar la navegación.
Cuando un usuario aterriza en un sitio web lo hace buscando algo concreto y que lo encuentre dependerá de la presentación visual de la página. Es recomendable que no haya demasiado texto, el tiempo es algo valioso. La información llega de forma mucho más clara cuando es concisa, está bien organizada y tiene apoyo visual.
Los grandes de internet han declarado repetidamente la progresiva importancia que darán a la calidad del contenido de las páginas, respecto a su calidad y a la corrección de su presentación. Lo que aparece debe ser valioso. Si tu página incluye ventanas emergentes de suscripción, evita también que estas aparezcan demasiado rápido o interrumpan la experiencia del usuario.
Cuidado también con la publicidad, si la tienes, puede saturar la página con cosas que no interesan a quien la visita.
Tener la página adaptada a dispositivos móviles, que no haya enlaces rotos o que hayan expirado, que no haya errores de redacción y que el contenido multimedia se cargue correctamente parecen cuestiones evidentes, pero son problemas frecuentes que terminan alejando a los usuarios.
En resumen, la usabilidad y la experiencia del usuario se han convertido en los verdaderos ejes del diseño de páginas web. Y, en este sentido, ofrecer una experiencia positiva hará que el usuario no elija a la competencia. Esta experiencia depende tanto de la organización, como de la presentación y el contenido. Estética y usabilidad deben tener el mismo peso, y no priorizar ninguna de las dos por encima de la otra. Así tendremos una página actual, donde prime lo sencillo y lo claro, que es lo que marca la tendencia.