¿Cómo transformar un piso antiguo en una vivienda actual?

Para vivir en el centro de las ciudades, muchas personas optan por comprar pisos antiguos y rehabilitarlos. Te contamos en este artículo algunos tips para transformar un inmueble de 75 o 100 años en un espacio contemporáneo y acogedor.

Para empezar, los pisos antiguos tienen sus propias características. No estamos trabajando desde 0. El diseñador alicantino de interiores Sergio Nisticò nos cuenta como transformó un piso antiguo en el centro de Alicante en una vivienda completamente moderna y actualizada.

En sus propias palabras, su trabajo consistió en aprovechar los elementos ya existentes y destacarlos. Partió de los altos techos, las puertas grandes de madera y la luz que llegaba de la calle por sus amplios ventanales. Para eso, pintó todas las paredes de blanco y las puertas de las ventanas de azul claro, creando un bonito contraste cromático. Agrandó la entrada de la cocina al salón, eliminando las puertas. De modo, que la luz natural impregnaba una mayor superficie del piso. Por último, añadió algunos elementos acordes a las necesidades del cliente, buscando mantener una sintonía en las líneas y en los colores.

Para muchos de nosotros, los pisos antiguos tienen su encanto. Da la sensación de que las habitaciones son más grandes. No estás en un espacio tan claustrofóbico. Las viviendas son más espaciosas. Fueron construidas en su día para que vivieran en ellas, con comodidad, una familia. No existía esa preocupación que hay en la actualidad de aprovechar el espacio al máximo. Por otro lado, suelen disponer de grandes balcones que dan a la calle, con su baranda de forja pintada de negro.

Las viviendas antiguas tienen una historia detrás. Se nota que son espacios vividos. Ocupándolas nosotros formamos parte de esa historia. No de la historia que aparecen en los libros, con sus efemérides, sus batallas militares y la sucesión de reyes de una dinastía. Pero sí de esa otra historia tan cotidiana, de cómo vivían los habitantes de la ciudad con el paso del tiempo. Una historia que, por no ser tan mencionada, no es menos real.

Algunos de estos edificios de viviendas llevan casi 100 años en pie. ¿Quién se lo iba a imaginar? Lo cierto es que si han aguantado tanto tiempo, haciendo las reformas pertinentes, quien no te asegura que puedan aguantar otro periodo de tiempo considerable.

Pero claro, cuando el piso antiguo fue construido, la vida se hacía de otra manera. Para empezar no existía la lavadora automática, ni tan siquiera la televisión. Tampoco se construyó pensando en ti. Ni en tus gustos, ni en tus necesidades. Por tanto, sí o sí, tendrás que llevar a cabo algunas reformas. Adaptarlo al siglo XXI, manteniendo su esencia. Estas son algunas cuestiones en cuanto a diseño, operatividad y decoración que deberás tener en cuenta.

Las reformas más habituales en pisos antiguos.

Antes de empezar con la decoración es probable que tengas que revisar las instalaciones y algunas cuestiones estructurales del piso. Más que otra cosa, porque los materiales que se emplearon en la construcción no son tan eficientes como lo son los actuales, y por el desgaste natural producido por el uso y el paso del tiempo. Estas son algunas de las reformas más habituales que se suelen hacer en los pisos antiguos:

  • Revisión de instalaciones eléctricas: Actualizar el sistema eléctrico es fundamental en los pisos antiguos. Esto implica cambiar cables, enchufes y sistemas de iluminación, para garantizar que la instalación se adecúe a las normativas actuales.
  • Renovación de instalaciones de fontanería: La sustitución de tuberías antiguas y la renovación de sistemas de fontanería aseguran un suministro de agua eficiente y libre de fugas. Se pueden instalar grifos y accesorios modernos para mejorar la funcionalidad.
  • Mejora de cerramientos y ventanas: Esto es clave para asegurar la confortabilidad dentro del hogar. A veces, las viejas puertas y ventanas de madera, presentan fugas por las que se va el calor en invierno. Esto hace que necesitemos gastar más energía para climatizar la casa y que sea más complicada habitarla en situaciones climatológicas adversas.
  • Reformas en suelos y paredes: Cambiar revestimientos y suelos anticuados por opciones modernas transforma por completo la estética del piso, lo hace más cogedor. Los suelos laminados, por ejemplo, son versátiles y requieren menos mantenimiento.
  • Acondicionamiento térmico y aislamiento: Añadir aislamiento térmico en paredes y techos mejora la eficiencia energética y crea un ambiente más confortable. Esto puede incluir la instalación de sistemas de calefacción y aire acondicionado modernos.
  • Adaptación de la distribución interior: Replantear la distribución de espacios para crear ambientes más abiertos y funcionales es una de las reformas más comunes. La eliminación de tabiques innecesarios puede crear salones más amplios y luminosos.
  • Actualización de cocina y baño: La renovación de la cocina y el baño son otras de las reformas habituales en estos pisos. Se trata de adaptar estas dependencias a las necesidades actuales. Mejorar la instalación eléctrica en la cocina para instalar los electrodomésticos, o cambiar la aparatosa bañera del baño por un plato de ducha.

Ideas sencillas para actualizar un piso antiguo.

La revista digital de estilo de vida Vanitatis nos presenta en un artículo una serie de sugerencias acerca de cómo cambiar la decoración de un piso antiguo sin necesidad de hacer grandes obras, ni destinarle demasiado presupuesto.

Lo primero de todo es pintar el piso. Desde luego, es una cuestión higiénica. Si pintamos todas las paredes del piso de blanco le aportamos una mayor luminosidad y sensación de amplitud. Después, podemos pintar las puertas interiores y las ventanas que dan a la calle con un color intenso, para crear con ello un contraste y darle personalidad al ambiente.

Un aspecto importante es decorar el recibidor. En los pisos modernos, nada más abrir la puerta exterior, accedes al comedor. Esto le resta privacidad al hogar. Nada mejor que disponer de una pequeña sala de entrada para atender a la paquetería o a las visitas, sin que tengan que ver cómo haces tu vida. No es porque tengas nada que esconder, sino porque a ellos ni les va, ni les viene. Es interesante que el recibidor disponga de un espejo grande, esto genera un efecto óptico, por el cual, el recibidor parece más grande de lo que es. También es recomendable colocar un pequeño aparador para poner allí las llaves y guardar en los cajones los recibos de los suministros básicos. Colocar un perchero de pie a la entrada, o perchas clavadas en la pared, nos da la posibilidad de dejar allí las chaquetas, sin necesidad de entrarlas dentro de la casa. Algo que es útil tanto para nosotros como para las visitas.

Otro de los elementos de los pisos antiguos que debemos retocar son los suelos. Los suelos de baldosas de terrazo eran fáciles de limpiar, pero son fríos y, en ocasiones, no especialmente atractivos. Podemos colocar parquet sobre ellos, al menos en las zonas más utilizadas, como el comedor y los dormitorios. O cubrirlos con alfombras para aportarle una mayor calidez.

Si tu piso está amueblado, no es necesario que te deshagas del mobiliario. Los muebles antiguos son todo un regalo. Muchos de ellos están fabricados con madera maciza, lo que los convierte en más resistentes que los actuales. Haz una revisión de aquellos que necesitas y plantéate darles una vida nueva. Restáuralos, adaptándolos al estilo decorativo de tu vivienda.

Vivir en una zona de edificios antiguos.

Hace unos meses, el portal de viviendas Habitaclia publicó el resultado de una encuesta según la cual, el Barrio de Malasaña era una de las zonas preferidas de los madrileños para vivir.

Este barrio ya existía en 1808 durante la Guerra de la Independencia. En sus plazas se libraron algunas de las batallas de resistencia del pueblo de Madrid frente a la invasión de los franceses.

El barrio está conformado por edificios que tienen entre 75 y 100 años. Muchos de ellos ni siquiera tienen ascensor, y se accede a las viviendas a través de sus antiguas escaleras de madera.

Malasaña es el barrio de la Movida Madrileña. Conserva locales emblemáticos, como Vía Láctea o el Pub Pentagrama, donde se formaron algunos grupos más famosos de la década de los 80. Aún sigue siendo una de las zonas para salir de noche por Madrid.

Este barrio tiene dos caras. Una de noche y otra de día. El ocio nocturno está localizado en ciertas plazas y calles, por lo que si vives en alguna de las calles estrechas secundarias podrás dormir sin problemas.

Durante el día, el barrio rebosa vitalidad. Posee una gran cantidad de tiendas de proximidad, espacios de uso público, como plazas y jardines, y todo tipo de servicios para llevar tu vida sin problemas (colegios, centros de salud, bibliotecas, etc.)

Todo eso, prácticamente en el centro de Madrid. Malasaña está delimitado por la calle Fuencarral y estás a pocos metros de la Plaza de Callao, Plaza España y la Gran Vía.

Barrios como este, los tenemos en todas las ciudades de España. Atreverse a habitar uno de sus pisos y adaptarlo a las necesidades actuales es un privilegio.

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